23 de mayo de 2016

Imperio Otomano: Asia menor.

Estos apuntes informan que la región siempre estuvo rodeada de tensiones y que los antecedentes que encontramos siempre son de imperios y de conquistas. Hoy día esta presente un factor más, el control del petroleo, del gas y del poder político,  que son la clave en esta región.

Importante es tener estos referentes para comprender en su verdadera magnitud la situación Geopolítica de la hora actual.



Imperio otomano



El Imperio otomano, también conocido como Imperio turco otomano fue un Estado multiétnico y multi confesional gobernado por los Dinastía Osmanlí. Era conocido como el Imperio turco o Turquía por sus contemporáneos.

El origen de los turcos otomanos se puede encontrar en las estepas de Asia Central, en el Turkestán, una etnia dada a la cuida de ganado, en especial el caballo, y al comercio, casi nómada. El Turquestán 1 es una región histórica de Asia Central que se sitúa entre el mar Caspio y el desierto del Gobi, y que está poblada mayoritariamente por pueblos de etnia túrquica.

Se suele dividir tradicionalmente en dos zonas, separadas por las cadenas montañosas del Tian Shan (Tengri Tagh) y del Pamir. Al este de ellas se localiza el Turquestán Oriental, que se corresponde con la provincia china de Xinjiang, mientras que al oeste se ubica el Turquestán Occidental, dividido en las antiguas repúblicas soviéticas y hoy estados independientes de Kirguistán, Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán y el Kazajistán meridional, así como el norte de Afganistán.


La región del Turquestán.


Los pueblos mayoritarios del Turquestán, llamados túrquicos, tienen un origen común y se caracterizan por hablar lenguas con una misma raíz lingüística y profesar predominantemente la religión islámica

Estos pueblos partieron de la zona del Altai y se expandieron por la zona descrita, mezclándose con otros pueblos indoeuropeos y asiáticos del este. Algunas tribus turcas rebasaron el área del Turquestán en diversas épocas históricas, llegando algunos, como los hunos, los búlgaros y los otomanos hasta Europa. Algunas fuentes lo relacionan con los mongoles ya que en las invasiones ellos iban con los mongoles.

Asia Central es una región de Asia que va desde el mar Caspio hasta las fronteras de China y de las de Rusia hasta Asia del Sur. Asia Central se ha caracterizado históricamente por sus pueblos nómadas y por la Ruta de la Seda.1 Como resultado ha sido la vía por la que se han movido personas, bienes, e ideas, entre Europa, Oriente Medio, Asia del Sur, y Asia Oriental.2

Existen varias definiciones de lo que constituye Asia Central. Actualmente se sigue la definición de la subregión de la ONU que la compone de cinco repúblicas ex-Soviéticas Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. En ocasiones, por razones étnicas se incluyen Mongolia, Afganistán, Pakistán del Norte, Irán del Noreste, Nortoeste de India y el China del Oeste. En ocasiones se amplia aún más para acoger otras partes de China como Qinghai, Tíbet, Gansu y Mongolia Interior así como el sur de Siberia.

El Imperio otomano comenzó siendo uno más de los pequeños estados turcos que surgieron en Asia Menor durante la decadencia del Imperio Selyúcida. Los turcos otomanos fueron controlando paulatinamente a los demás estados turcos y bajo el reinado de Mehmed II (1451-1481) acabaron con lo que quedaba de la dinastía selyúcida. La primera fase de la expansión otomana tuvo lugar bajo el gobierno de Osmán I y siguió en los reinados de Orkhan, Murad I y Beyazid I, a expensas de los territorios del Imperio bizantino, Bulgaria y Serbia. Bursa cayó bajo su dominio en 1326 y Adrianópolis en 1361.

Las victorias otomanas en los Balcanes alertaron a Europa occidental sobre el peligro que este Imperio representaba y fueron el motivo central de la organización de la Cruzada de Seguismundo de Hungría. El sitio que pusieron los otomanos a Constantinopla fue roto gracias a Tamerlán, líder de los mongoles, quien tomó prisionero a Beyazid en 1402, pero el control mongol sobre los otomanos duró muy poco. Finalmente, el Imperio otomano logró conquistar Constantinopla en 1453.

En su máximo esplendor, entre los siglos XVI y XVII se expandía por tres continentes, controlando una vasta parte del Sudeste Europeo, el Medio Oriente y el norte de África, limitando al oeste con Marruecos, al este con el Mar Caspio y al sur con Sudán, Eritrea, Somalía y Arabia. El Imperio otomano poseía 29 provincias, y Moldavia, Transilvania y Valaquia eran Estados vasallos.

El imperio estuvo en el centro de las interacciones entre el Este y el Oeste por seis siglos. Con Constantinopla como su capital y el territorio que se conquistó bajo Solimán el Magnífico -correspondiente a las tierras gobernadas por Justiniano el Grande mil años antes-, el Imperio otomano era, en muchos aspectos, el sucesor islámico de los antiguos imperios clásicos. Numerosos rasgos y tradiciones culturales de éstos (en campos como la arquitectura, la cocina, el ocio y el gobierno) fueron adoptados por los otomanos, que los elaboraron en nuevas formas. Estos rasgos culturales más tarde se mezclaron con las características de los grupos étnicos y religiosos que vivían dentro de los territorios otomanos, creando una nueva y particular identidad cultural otomana.


Durante el siglo XIX, diversos territorios del Imperio otomano comenzaron a alcanzar su independencia, principalmente en Europa. Las sucesivas derrotas en guerras y el auge de los nacionalismo dentro del territorio llevarían al decaimiento del poder del imperio. Su participación en la Primera Guerra Mundial y el surgimiento de movimientos revolucionarios dentro de Turquía le darían el golpe mortal. El imperio bajo la dirección de un sultán fue abolido el 1 de noviembre de 1922, mientras el califato lo fue un año después. La República de Turquía fue fundada en su reemplazo, el 23 de octubre de 1923.

Imperio Bizantino





El medio oriente
PERCY C. ACUÑA VIGIL

Gengis Kan (1162- 1227)
Fue un guerrero y conquistador mongol que unificó a las tribus nómadas de esta etnia del norte de Asia, fundando el primer Imperio mongol, el imperio contiguo más extenso de la historia. Bajo su liderazgo como Gran Kan, los mongoles comenzaron una oleada de conquistas que extendió su dominio a un vasto territorio, desde Europa Oriental hasta el océano Pacífico, y desde Siberia hasta Mesopotamia, la India e Indochina. En la primera fase de esta expansión, las hordas mongolas conquistaron importantes reinos de Asia, como el Imperio jin del norte de China (1211-1216), el Imperio tanguta, el Kanato de Kara-Kitai, el Imperio corasmio o la dinastía Song en el sur de China.

 En 25 años el ejército mongol conquistó más tierras que los romanos en 400 años. El imperio era del tamaño de África, desde el Océano Pacífico hasta el Mediterráneo. La mayoría de la población actual del mundo vive en tierras conquistadas por Gengis –más de 30 países modernos con 3000 millones de habitantes–. Cambió las fronteras: insatisfecho con reinados pequeños, él y sus descendientes consiguieron unir 12 principados eslávicos para formar un gran estado ruso,[cita requerida] y crearon la China[cita requerida] al unir la dinastía Sung en el sur con las tierras de los Jurched en Manchuria, Tibet en el oeste, el reinado Tangut y las tierras Uighur del este de Turkistan. Crearon también Corea e India,[cita requerida] cuyas fronteras actuales casi coinciden con las establecidas por los conquistadores mongoles.

En China, nadie sabía que Europa existía y en Europa, nadie sabía que China existía. Gengis los unió con contactos diplomáticos y comerciales que han sobrevivido hasta la actualidad.

Tamerlan:
(Timur Lang o Timur el Cojo; Kesh, Transoxiana, Asia Central, 1336 - Otrar, 1405) Caudillo mongol. Este noble musulmán de origen turco llegó a ser el ministro principal del virrey de Transoxiana, que gobernaba aquella región occidental del imperio mongol.

En 1363 se rebeló contra él y le arrebató el poder. Y en 1370 se proclamó rey independiente, alegando su condición de heredero de Gengis Kan, de quien probablemente descendía su padre por línea materna.

Partiendo de su capital en Samarkanda, inició entonces una sucesión de campañas militares que le llevaron a conquistar toda el Asia central (1370-96). Demostró una gran capacidad de conquista, pues una vez dominado el Turquestán, se anexionó también Irán, Irak, Armenia y Georgia. Las disputas internas entre los príncipes del kanato de la Horda de Oro le permitieron también intervenir en aquel reino establecido por los mongoles en Rusia (1370-95).

Luego dirigió sus fuerzas hacia la India (que sometió en 1398, en una sola campaña en la que arrasó Delhi), Siria (con la toma de Damasco, Alepo y Bagdad, saqueadas y arrebatadas a los mamelucos en 1400) y Asia Menor (donde obtuvo un gran triunfo en la batalla de Angora, que sometió a vasallaje a los otomanos en 1402 y permitió subsistir casi un siglo más al Imperio Bizantino, librándole del acoso otomano).

Sus campañas militares, realizadas en nombre del Islam y caracterizadas por una crueldad y un afán destructor que aterrorizaba a sus enemigos, fueron todas victoriosas y le proporcionaron sucesivas anexiones territoriales. Pero Tamerlán no fue capaz de organizar un sistema político y administrativo eficaz, de manera que no creó un imperio unificado. Murió cuando se disponía a llevar la «guerra santa» a China, y el conglomerado de países que había sometido se disgregó por sucesivas divisiones entre sus hijos y nietos (los timúridas).

En poco más de dos décadas, este noble musulmán de origen turco y mongol conquistó ocho millones de kilómetros cuadrados de Eurasia.4 Entre 1382 y 1405 sus grandes ejércitos cruzaron el continente euroasiático desde Delhi hasta Moscú, desde la cordillera Tian Shan del Asia Central hasta los montes Tauro de Anatolia, conquistando y reconquistando, arrasando algunas ciudades y perdonando a otras. Su fama se extendió por Europa, donde durante siglos fue una figura novelesca y de terror. Para algunos pueblos, afectados más directamente por sus conquistas, su memoria, siete siglos después, permanece aún fresca, bien como destructor de ciudades del Oriente Medio, bien como el último gran líder del poder nómada.

 Sargón de Acadia o Sargón de Acad, también conocido como Sargón el Grande (c. 2270 a.C. – 2215 a.C.) fue la primera persona de la historia registrada en crear un verdadero Imperio: el Imperio acadio. Su descendencia gobernó Mesopotamia durante el siguiente siglo y medio. Su Imperio se extendía desde Elam hasta el mar Mediterráneo incluyendo la región de los ríos Tigris y Éufrates, partes del moderno Irán, Siria y posiblemente partes de la actual Turquía. Su capital fue Acadia (conocida también como Agadé).

Senaquerib fue rey de Asiria desde el 12 de Av (julio-agosto) de 705 a. C. hasta su muerte, el 20 de Tevet (diciembre-enero) de 681 a. C., así como de Babilonia entre 705 y 703, y nuevamente desde 689 a. C. hasta su muerte.

Hijo y sucesor de Sargón II, estuvo ocupado en incesantes conflictos por todo el Creciente fértil durante la mayor parte de su reinado, guerreando con Elam, Urartu y Egipto. Combatió al rey Ezequías de Judá, asedió infructuosamente Jerusalén y arrasó Babilonia tras varias revueltas contra su dominio, la última de las cuales provocó la muerte de su hijo y heredero, Aššur-nādin-šumi, desgracia que acarrearía un conflicto sucesorio, a resultas del cual murió asesinado por dos de sus hijos en una revuelta palaciega. Fue sucedido y vengado por su hijo menor y heredero designado, Asarhaddón.

A pesar de su intensa actividad bélica, sus mayores esfuerzos los dedicó a la arquitectura y las obras públicas. Reconstruyó con colosales proporciones la antigua ciudad sagrada de Nínive, convirtiéndola en la gran capital de Asiria, dotándola de templos, palacios, jardines y murallas, y construyó el acueducto de Jerwan, un gigantesco acueducto para abastecerla de agua.

Nabucodonosor II (c. 630-562 a. C.) es probablemente el gobernante más conocido de la dinastía caldea de Babilonia. Reinó entre el año 605 a. C. y el 562 a. C.
Es conocido por la conquista de Judá y Jerusalén, y por su monumental actividad constructora en Babilonia, como los famosos Jardines Colgantes de Babilonia. Ha sido tradicionalmente llamado "Nabucodonosor el Grande", pero la destrucción del Templo de Jerusalén y la conquista de Judá le granjeó una mala imagen en las tradiciones judías y en la Biblia, al contrario de lo que sucede en el Irak contemporáneo, donde es glorificado como un líder histórico.

Marduk: Cuando Babilonia se convirtió en la capital de Mesopotamia, la deidad local de Babilonia fue elevada a nivel de dios supremo. Para explicar cómo Marduk llegó al poder, se escribió el Enûma Elish, que cuenta la historia del nacimiento de Marduk,  sus gestas heroicas, y como llegó a convertirse en el señor de los dioses. Esto puede verse como una forma de apologías mesopotámicas.

En el Enûma Elish, creció una guerra civil entre los dioses hasta convertirse en una batalla climática. Los dioses Anunnaki se reunieron para encontrar un dios que pudiese derrotar a los dioses que se levantaron en su contra. Marduk, un dios joven, contestó a este llamado, y se le prometió la dignidad de dios supremo.

Al eliminar a su adversario, le arrebató las "Tablillas del Destino", que las poseía ilícitamente y asumió su nueva jeraquía. Bajo su dominio, se creó a la especie humana para llevar las cargas de la vida, de manera que los dioses pudiesen disfrutar del ocio.

Varios personajes fueron nombrados en honor a Marduk. Por ejemplo, la personalidad bíblica de Mordechai (Libro de Ester) usó su nombre gentil en reemplazo a su nombre hebreo, Bilshan.

Nabu, dios de la sabiduría, es un hijo de Marduk. En la biblia, en el libro de Jeremías 50;2, es mencionado el nombre de Marduk.



El imperio Otomano

This year the Turks have been celebrating the 500th anniversary of their conquest of Constantinople. Turkish rule in Europe began nearly a century earlier, and was firmly established by the time that the occupation of the Imperial city rounded off the Turkish dominions and made Constantinople once again the capital of a great empire. But the anniversary may serve as the occasion for some reflections on the place of the Ottoman Empire in the history of Europe and of the world.

For most Europeans, the loss of Constantinople is a great historical disaster, a defeat of Christendom, which has never been repaired.  In spite of the present friendly relations between Turkey and the West, there is still a reserve of mistrust, and even at times of hostility, with roots deep in the European Christian past. For most literate West Europeans, the words “Turk” and “Turkey” have complex emotional associations, colored by centuries of strife; and for East Europeans the traditional picture of the Turkish oppressor has become part of the national folklore. This Western image of the Turk has several sources.

The first of these is fear, imprinted on the Western mind during the long period when the Turks were thrusting into the heart of Europe and seemed to threaten the very existence of Christendom. Richard Knolles, the Elizabethan chronicler of the Turks, expressed the feelings of Europe when he spoke of the Turk as “the present terror of the world.” Even in faraway Iceland, men prayed to be delivered “from the cunning of the Pope and the terror of the Turk.” That the latter was no idle fear was shown by the raid of Turkish corsairs on Iceland in 1627, when several hundred captives were carried off to Algiers.

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